4.11.09

ANALepsis...

Hoy, en uno de estos días nostálgicos de otoño (aunque por temperatura no lo sean demasiado) me ha venido a mi distraída cabecita aquellos tiempos en los que navegábamos por alta mar… Y es que es sorprendente cómo los recuerdos afloran a veces, pues aparecen de forma imprevisible y algo se remueve por dentro. Y mira que la vida de pirata no era fácil, pero con el paso de mis otras vidas se me antoja ahora distinta. Tan siquiera era un gran capitán, ni tampoco tenía un loro o un mono propio. Llegué al bergantín como un/a humilde grumete y morí muy joven, demasiado. No digo “un/a” por la maldita corrección política de los cojones, sino porque no recuerdo si en aquella vida era hombre o mujer, sin más.

Hoy, encerrada entre estas cuatro paredes para ganarme el pan, como dicen, añoro esos días impredecibles en “La caterva”: las correrías por el navío, izar las velas, las noches de ron, los dados y las cartas y las apuestas, los barriles ajados, las hamacas, los botines, los arduos días de trabajo; ya sea levando anclas o limpiando pescado. Respirar el aire malsano después de un fiero enfrentamiento con alguna carabela extranjera, porque para la tripulación de “La caterva” toda embarcación con la bandera de eso que llaman “nación” en el asta era “extranjera”, y era motivo de saña y de desprecio. También añoro la dentadura mellada de El Primo, las encarnizadas peleas entre El Trillado y Valerio a las que ya nos tenían acostumbrados, la mar picada, las blasfemias del Capitán Calvacho cuando perdía el ojo de cristal en el plato, los krakens con halitosis, los trueques, el viento azotándome la cara y hasta los vómitos con tropezones. En fin, todos los topicazos que todo buen pirata debe recordar.


Y ahora, aquí, estoy a la espera. A la espera de un velero que me lleve de vuelta a un mundo de cuento, donde no existan horarios de oficina ni cepillos de dientes de esos que por más que los desechas siempre vuelven a aparecer. Necesito ese velero, aunque sea de papel.

Fotografía: Erik Johansson


9 comentarios:

  1. Si trobes el veler... em vindràs a buscar abans de marxar a viure aventures a mars llunyans?

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  2. Las noches de ron... yo también las añoro. Tanto, que aún las rememoro cada vez que salgo de celebración. Ya no hay tesoros, ni abordajes, ni saqueos... pero los piratas seguimos estando ahí.

    Puede que sea el momento de dejar de ser marino para empezar a ser capitan. ¿Y sin en vez de esperar a un barco de papel lo sacas tu a navegar? Si no sabes por donde empezar ya te buscaremos una hoja de papel ;D

    Un besazo.

    P.d: Por suerte, esta es otra vida. La pata de palo era un incordio.

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  3. jupé, m'ho has fet enyorar fins i tot a mi, i això que mai he estat pirata (però sé alguna cosa de vòmit amb tropezones, clar...)

    I la foto que has posat (mira tu quines coincidències) té molt molt a veure amb una il·lustració que encara no he fet però que fa dies que hi dono voltes. Proximament...

    ...et canvio el ron per un cafè el dia que vulguis

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  4. Mmmmm por fin puedo comentarte... pronto vuelvo a tierra firme. Horror.

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  5. Oh! T'ha crescut un sol anus a la perifèria del blog! T'ho hauria de mirar algu, a veure si te'l poden extirpar abans no creixi massa.

    I si, per supost ca sé cam rubaries el dibuix quelcun dia.

    Mmmuuaaaasssss!

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  6. y de que se trata ese posible curro???? estoy en ascuas por saber los detalles... no reniego de mi condición de fúturo ex-filólogo, es más, estoy pendiente de hacer un curso de corrector ortotipográfico (bonita palabra).

    Si me lo quieres enviar al mail elvagace@gmail.com dime algo en cuano puedas por favor!!!!!!

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  7. Doncs que el vent es posi al teu favor...

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  8. ...uno tiene que llevar en el alma
    un poco de marino…
    un poco de pirata…
    un poco de poeta…
    y un kilo y medio de paciencia
    concentrada.
    Pero es consolador soñar
    mientras uno trabaja,
    que ese barco, ese niño
    irá muy lejos por el agua.
    Soñar que ese navío
    llevará nuestra carga de palabras
    hacia puertos distantes,
    hacia islas lejanas.
    Soñar que cuando un día
    esté durmiendo nuestra propia barca,
    en barcos nuevos seguirá
    nuestra bandera
    enarbolada.

    (Gabriel Celaya)

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  9. hace dias que no nos damos mimitos

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¡Mierda! Se me olvidaba, copón...